jueves, 4 de diciembre de 2008

Prejuicos, prejicios, prejuicios


Nuestra sociedad no deja de influir en nuestra vida cotidiana. Más alla de transmitirnos valores, costumbres y creencias, hacen que nuestras ideas y pensamientos cambien. ya sea frente a la política o religión, están contínuamente bombardeándonos con sus superideales. Sin ir más lejos, resulta que ahora las mujeres compramos los pantalones según la forma que tenemos. A mí, por ejemplo, me tooca la "pera". Estrecha por arriba, ancha por debajo. Y así con todos los aspectos de la vida cotidiana. Nos hacen creer, por ejemplo, que desayunando cereales podemos pesar menos o que con un cinturón que vibra, podemos formar nuestros músculos. Si fuera así, casi todos pesaríamos menos y tendríamos un cuerpo esbelto.

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