martes, 2 de diciembre de 2008

Los prejuicios de la televisión


Es increíble que un medio de comunicación influya tanto en nuestras ideas y que consciente de su poder nos inculque determinados prejuicios.
Mis compañeras y yo estamos realizando un pseudo-proyecto de investigación sobre inmigración y televisión, ya que nos sorprende que una comunidad con un crecimiento cada vez más notable en nuestra sociedad no sea representada, tanto cualitativa como cuantitativamente, en la televisión.
Además, este medio no sólo no los representa, sino que cada vez que aparecen lo hacen de una manera estereotipada.
Todo esto genera en la sociedad una serie de prejuicios en contra de los inmigrantes a pesar de que los datos oficiales del CIS demuestren que son más los españoles migrados que los extranjeros dentro de territorio español.
La hipocresía llega a límites insospechados, tanto que se ha creado un nuevo concepto para denominar a los racistas actuales. Ya no somos racistas tradicionales, de esos que insultan a los negros y critican abiertamente la cultura islámica (en la mayor parte de los casos con un gran predominio de la ignorancia); sino que ahora existe un racismo simbólico, es decir, los estudiosos del tema han determinado que mayoritariamente se tienen prejuicios y se discrimina al inmigrante pero queda mal hacer declaraciones con marcados tintes racistas.
No se dice pero se siente.
¿Por qué ocurre esto? Porque la televisión nos ofrece valores contradictorios: vemos continuamente latinos violadores, musulmanes terroristas y prostitutas rusas pero después nos cuentan la historieta de la igualdad, de la solidaridad, de la boda de Boris Izaguirre… Y nuestro espíritu crítico se confunde.
¿Espíritu qué?

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