miércoles, 14 de enero de 2009

Palabras, palabritas y palabrerías

Todo el día igual, toda la vida igual.
Al final hemos conseguido que lo que nos hace humanos, que nuestro medio de comunicación principal, deje de tener validez.
Hemos dejado de creer en nuestras palabras porque nuestros hechos no las reafirman. Las contradicen.
Ya que los Estados, los políticos, los vendedores y más individuos de esa calaña nos engañan con un propósito firme, no hagamos lo mismo. Únicamente por dignidad, porque somos compañeros.
Para aquellos que no sienten lo que dicen ni lo que hacen: poneros de acuerdo y seguid un comportamiento conforme a vuestras palabras.
Para todos los demás: paciencia y sonrisas, qué ya vale de tanta crispación.
Este cuatrimestre, las clases se han convertido en circos y concursos de exageraciones.

La honestidad en la vida también sube nota.

Basta de engaños y de imágenes falsas. ¡La nota para quien la trabaja!

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